Las vulnerabilidades en la web pueden tener consecuencias graves tanto para los usuarios como para las organizaciones. Cuando un sistema presenta fallos de seguridad, los atacantes pueden aprovecharlos para obtener acceso no autorizado, manipular información o interrumpir los servicios. Esto no solo pone en riesgo la integridad de los datos, sino también la reputación y confianza de la empresa ante sus clientes.
Las vulnerabilidades web no son un problema abstracto de "informáticos". Son un riesgo empresarial crítico que debe ser gestionado de forma proactiva desde la alta dirección. La inversión en seguridad (evaluaciones periódicas, parcheo, concienciación del personal y de los usuarios) no es un gasto, sino un seguro esencial para la supervivencia y credibilidad de cualquier organización en la era digital. La frase "es más barato prevenir que lamentar" nunca fue tan cierta como en el contexto de la ciberseguridad web.